Viernes (a)social

El tan esperado fin de semana, el día en que los oficinistas, o como los llamamos en México, los Godinez, salen de sus habitats a ocupar cuanto bar y pub se encuentra en la ciudad. Un momento bien merecido después de una larga ronda de trabajo. Pero existen otros seres que son responsables del entretenimiento ajeno, que cada semana son privados de sus horas dedicadas al despilfarro de la quincena y estados de embriagantes, esos personajes que con el sudor de su frente permiten que unos gocen, ellos son como en muchas culturas se les conoce, el staff.

¿Pero qué pasa con estos personajes?, si bien están atendiendo gente, también gozan en todo momento de los eventos o el ambiente que se genera en el lugar, una gran ventaja para no aburrirte mientras trabajas. En lo personal la paso genial en los eventos, teniendo acceso a todo el lugar (en la mayoría de los casos), puedes pavonearte por el recinto entrando y saliendo de tanta puerta misteriosa se le presenta al espectador. Hecho por el cual he contactado personas que creen que por pasar por una puerta que dice «Personal Autorizado» te hace más importante que el resto. Quizá esa busqueda de conveniencia es lo que los motiva, el querer entrar al lado desconocido de algo que bien no es tan interesante, pero si imposible para muchos. Una simple idealización.

Una gran ventaja de laborar como staff es la de contener una visión distinta de los espectaculos, en algunos casos llegas a tener contacto con artistas y personajes por mucho interesantes, ampliando tu visión de lo que pasa tras bambalinas y descubiendo las verdades que ocultan (cero teoría iluminati), por lo que el tiempo invertido siempre es bien remonerado.

No quiero decir que el staff tenga un trabajo «superior» o «mejor» que el resto, de hecho como ya mencioné, mientras unos se divierten, otros mantienen vivo el show. Y es justo ese estilo de vida el que uno puede contrastar, porque mientras algunos pasan la semana encerrados y ocupan el fin de semana para relajarse, algunos ocupamos la semana para relajarnos y el fin para laborar. Y diran, ¿qué tiene de bueno eso?, pues dejenme decirles que, a pesar de no siempre poder ocupar los fines de semana para salir de fiesta, bien podemos disfrutar de otros placeres, como la ausencia de gente en las calles entre semana, los bares y restaurantes en horas laborales están vacíos y sin duda se pueden entablar conversaciones con quién estes acompañado sin la necesidad de estár gritando mientras una horda de godinez echa perreo junto tí.

Esto es una generalización, pues hay casos, lugares y escenarios bien distintos. Yo por mi parte, disfruto los eventos, conozco nuevos lugares y personas y recibo una remoneración por lo mismo.

Sea cual sea su trabajo, disfrutelo y siempre vea el lado bueno del mismo, su subconciente se lo agradecerá.

Autor: goatgear

Ingeniero/Músico Frustrado/Melómano/Psiconauta

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